domingo, 27 de abril de 2008

UN POCO DE LECTURA.


Arturo Pérez-Reverte es un autor que me ha dado muchas satisfacciones. Entre sus novelas, destaco "La piel del tambor", cuya acción principal transcurre en Sevilla. Ciudad que para mí tiene un especial atractivo, no es la primera vez que me refiero a ella, ni tampoco será la última. Esta novela donde aparecen banqueros, alta curia, nobleza de la tierra, vividores, y su protagonista, el sacertote Quart, sabe mantener la atención del lector, viviendo las peripecias de una antigua y pequeña iglesia para sobrevivir a la especulación. Las descripciones de la Sevilla recóndita, la familiar, la de callejuelas y plazoletas, son inmejorables. Se "siente" la atmósfera, es como sumergirse en el ambiente sevillano a través de las palabras. Contemplaremos con simpatía a unos personajes, odiaremos a otros, compartiremos la vida y andanzas de todos cuantos va conociendo su protagonista. Y, podremos observar el poder de la informática, que llega a los más intrincados vericuetos del propio Vaticano. Todo ello alrededor de un misterio por desvelar, que la hace aún más atractiva. No pretendo "destapar" nada de ella, ´sería tan dshonesto como contar el final de una buena película. Por cierto, la serie televisiva sobre las aventura del padre Quart me parece bazofia, pura bazofia, no sé cómo Pérez-Reverte ha consentido semejante "sacrilegio" literario con una obra suya que alcanza la categoría de obra de arte. Distinto es el caso de "La novena puerta", protagonizada por Johnny Deep y producida y dirigida por Roman Polanski, cuyo nombre ya es suficiente como aval para asegurar la calidad de la película, que se atiene perfectamente a las intrigas de "El club Dumas", con una dignidad y fidelidad fuera de lo común. Claro, que, Polanski, sigue siendo un gran director. Y su trayectoria lo confirma. ¿Quién no recuerda la inolvidable película "El baile de los vampiros"? Una obra maestra. Genial. Si quien me lee desea un buen libro, recuerde que "La piel del tambor" lo es.
Pido disculpas al autor y a la editorial, pero no he podido resistir la tentaciín de reproducir la portada. Espero ser disculpado.

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