lunes, 28 de abril de 2008

VIVIENDO EN EL FUTURO

Ayer visité un parque eólico, hacia el norte, a unos cuarenta kilómetros de la ciudad. No es muy grande, pero, aun así, resulta impresionante contemplar los enormes generadores, cuyas aspas rasgan el aire constantemente. No contaminan, no ensucian, no dejan residuos, no crean ningún peligro. Situados en una zona de vientos constantes como es nuestro valle, pueden generar electricidad a todas horas y durante todo el año.
El parque eólico me dio una impresión de grata limpieza. De energía sin riesgo.
Pues bien, hay descontentos.
Son, !cómo no¡, los incansables ecologistas. Claro, que, hay que distinguir entre ecologistas y ecólatras. Estos últimos le ponen pegas hasta a la luz solar. "Mire usted, es que la luz solar tiene sus inconvenientes..."
Cuando los grupos ecologistas se aburren, de dedican a ponerle pegas a todo. Sobre los parques eólicos, dicen que estropean y cambian el paisaje. Yo prefiero un parque eólico a una central térmica, o una central nuclear. Por cierto, que sobre Ascó se ha corrido un tupido velo, no sabemos nada. Y estamos en la eterna actitud de que no hay motivo de alarma, de que no pasa nada, que está todo controlado, etc.etc.etc. Como siempre, todo, menos la verdad. Después de Chernobil, me creo cualquier cosa que pueda pasar. La energía atómica me produce escalofríos. Es como las tormentas,pero más peligrosa. !Ande, dígale usted a una tormenta que se calme o pase de largo¡ No ha sido ni será la primera vez que estando los frutales a punto de recogida, una granizada ha hecho un destrozo irreparable. Pues las centrales nucleares, algo por el estilo. Aunque peor. Supongamos que por lo que sea, una central amanece cabreada, y !puuummmm¡ ¿A quién reclamamos?
Una tormenta, puede cargarse un trigal en un abrir y cerrar de ojos. Una central nuclear puede cargarse un territorio con todos sus ocupanes en una franción de segundo. La primera, bueno, pues la cosecha del próximo año ya llegará. La segunda, dejará secuelas que pueden permanecer durante generaciones. Hirosima, Nagasaki. Todavía existen indicios. Y eso que los petardos lanzados eran de primera generación. Comparados con los de ahora, a pesar de los pesares, tenían una capacidad de destrucción "limitada". Sí, ya sé que fue un horror. Un horror que la humanidad trata de olvidar, pero no para evitarlo, sino para seguir fabricando pesadillas más terribles aún.
En fin...
Me gustó el parque eólico. Me gustó porque significa un futuro limpio. Y viento, siempre habrá viento, que nos lo digan a nosotros, que sufrimos el cierzo todo el año. Hasta en verano.
Los parques eólicos y los generadores solares, son los pacifistas de la energía. Muchos más tendría que haber.
Las centrales térmicas, contaminan, por mucho que digan, contaminan. Sus chimeneas lanzan a la atmósfera nubes de cascarrias. Yo no sé que repercusiones pueden tener en el clima y en la naturaleza. pero, seguro que más de una.
Fue una visita al futuro. Porque en el futuro, los parques eólicos y los solares, serán quienes nos abastezcan de energía eléctrica. Los ecolistas pondrán el grito en el cielo, los ecólatras se subirán por las paredes, pero la realidad será la de una naturaleza limpia. El trigo y los frutales podrán seguir creciendo a los pies de los generadores. La harina será la misma y la fruta conservará su sabor. Que así sea para bien de todos.

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