lunes, 26 de mayo de 2008

!PEDERASTAS NO¡

La sociedad parece que por fin está reaccionando duramente contra los pederastas.
Y yo estoy con todos los que están contra esos seres asquerosos, vomitivos, sucios, indignos de mezclarse con la gente normal.
Un pederasta es un monstruo.
Su monstruosidad radica en la acción más vil que pueda cometerse: Abusar de un niño, de una niña, de un menor sea cual sea su sexo.
Porque han destrozado una vida inocente, porque han tirado por tierra algo tan sagrado como la infancia.
Porque han marcado para siempre a un ser que conservará en su mente el triste y amargo recuerdo del abuso contra él cometido.
Puedo perdonar otras acciones negativas, pero un acto de pederastía, jamás.
Estoy con los padres cuyos hijos han sufrido vejaciones.
Estoy con los padres que claman justicia para sus hijos, esos niños que han sufrido la más espantosa de las violencias.
Tienen todo mi apoyo.
Y si los representantes de la justicia vuelven el rostro hacia otro lado, e incluso permite que esas bestias reincidan, que un rayo los fulmine en el acto.
Un pederasta sólo estará bien en el fondo del mar, con una piedra de molino atada al cuello.
Lo digo así de claro.
Pido que la justicia no haga oídos sordos.
Ni cierre los ojos.
Y que actúe con todo su rigor frente a estos casos lamentables, tristísimos y repulsivos.
Un pederasta, como mínimo, debe estar excluído para siempre de la sociedad.
Considero cobardes a todos los que pudiendo actuar contra un pederasta, buscan incluso la manera de exculparlo.
Cobardes e hipócritas.
Un pederasta no merece ninguna oportunidad.
A veces, como he comentado en alguna entrada anterior, la gente se moviliza por tonterías, para "logros" que ni nos van ni nos vienen; recogen firmas y se manifiestan por naderías.
A ver si actuamos contra lo que tenemos que actuar , a ver si dirigimos nuestros esfuerzos para conseguir una reforma de las leyes, a fin de que ningún niño sea objeto de los bajos instintos de ningún individuo, o individua, que de todo hay.
Que ningún niño a partir de ahora derrame lágrimas por haber sido objeto de abusos sexuales.
Que caiga mi más negra maldición sobre los pederastas y sobre quienes pudiendo prevenirlo, evitarlo o castigarlo, se han lavado las manos.
Ojalálo lo sufran por sí mismos.
Un abrazo de amigo para todos los padres que siguen pidiendo justicia.
Me solidarizo con ellos de todo corazón.

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