sábado, 7 de junio de 2008

El aburrimiento del juego político.

Estos últimos días apenas he hablado del panorama político de nuestro sufrido país.
Y es que en ocasiones, aburre, lo digo así de claro, aburre soberanamente, porque, como dicen los modernos de hoy "es más de lo mismo".
El juego político genera cansancio.
Hace falta que sea algo muy espectacular para que suscite interés.
Este año, hemos padecido unas elecciones, que han sido como una gripe primaveral, como una molesta erupción en la epidermis, que afortunadamente, ha desaparecido, aunque nos ha dejado en estado de convalecientes, una convalecencia demasiado larga, en verdad.
Luego, toda la sesión de títeres del PP, con sus dimes y diretes.
Después, la cuestión de los trasvases. Que si sí, que si no...
Menos mal que la naturaleza es sabia y ha llovido hasta la saciedad, lavándolo todo y llevándose las cascarrias de tanta controversia.
Ahora, a nivel local, queda la expo y la crecida del Ebro.
Las aguas no llevan pinta de bajar, y parece ser que vamos a tener más agua de la necesaria, aunque no, no es cierto esto, nunca se tiene suficiente.
En fin, queda la subida de los carburantes, el problema de la flota pesquera, la crisis "del ladrillo", y la pésima situación del sector del transporte, que están que trinan, como ya he dicho en una entrada anterior.
Y, entre subidas y bajadas, me pregunto: ¿Somos felices los españoles?
Pues creo que no.
Por ce o por be, no somos felices.
Una sociedad, para vivir en paz y concordia, tiene que lograr la autosatisfacción de sus componentes.
Primero, hay que asegurar el condumio de cada día y luego, todo lo que venga, vendrá por añadidura.
Y el nivel de paro, sube, sube, suuuuuuubeeeeeee...
Así, no me extraña que estemos continuamente crispados y nos subamos a la parra a la mínima ocasión...
El ejecutivo, feliz, en su nubecilla: "Si todo va bien, muy bien, si no pasa nada..."
Cuidado, no se deshaga la nube que lo sustenta y se quiebren la dentadura contra la realidad del pavimento.
En fin, amigo/a que me sigues y me lees, así estamos.
Desolador...
Tomémonos unas cañas, y olvidemos las penas, démonos una tregua este fin de semana.
Que nos lo merecemos todos.

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