domingo, 31 de agosto de 2008

Poesía...cada día.


Me encontré con un sueño entre dos lunas

y lo conservo limpio y perfumado,

-aunque no sé muy bien para qué sirve-,

envuelto en algodones y en silencio.


Acudo alguna vez a contemplarlo

-hay en él una infinita lejanía-

y el tiempo se detiene ante mis ojos.

Lo guardo nuevamente, suspirando.


Irisado y feliz, a medianoche

canta con su voz queda viejos versos,

reflejo de las luces de otros días.


Acaso una mañana no lo encuentre,

me dolerá el vacío de su ausencia

y enfermará mi alma de nostalgia.




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