jueves, 23 de septiembre de 2010

Exposición de Alexandra Gapihan, Begira Aula Creativa, Sarriguren


Alexandra Gapihan.

"Le Temps Perdu - Between Oceans".

DIBUJOS Y MEDIOS MIXTOS.

Del 10 de septiembre al 15 de octubre de 2010.

Begira Aula Creativa.

Pl. del Lago, 6, bajo.

Sarriguren.


Conocí a Alexandra Gapihan el curso pasado, y fue un breve encuentro, aunque muy positivo. Se entusiasmó con el taller de grabado, e incluso realizó una plancha al aguafuerte, fugaz incursión por este medio de expresión plástica, aunque espero que no sea la única...

He visitado su exposición, y, aunque no amplia, sí cargada y plena de intensidad.

Acuarelas, dibujos, "experimentos" más que experiencias...

Lo primero que sorprende, al lanzar la primera ojeada sobre su obra, son sus dibujos, realizados al carboncillo, con una asombrosa facilidad e impecable técnica.

Con ellos, se traslada sin esfuerzo, desde el microcosmos del ala liviana y tenue de un insecto, hasta su autorretrato, universo personal e íntimo, para llegar al macrocosmos de la figura de expresión desgarrada que sostiene a una criatura en brazos.

El grito de dolor de la humanidad sufriente. Alexandra, yo no sé si ha sido consciente de su denuncia a través de la plástica, me inclino a creer que sí...

Superada la primera impresión, pronto, la magia, la sensibilidad, el amplio espectro de vías y posibilidades, se adueñó de mí sin esfuerzo.

Una obra, que, de forma gozosamente inevitable, se cuela por los sentidos y llega al corazón...

Aparte los trabajos académicos, que considero justo y necesario mostrar, todo el conjunto de su "otra" obra, muestra a una joven artista , que describe el mundo que la rodea a través de su propia retina. Sí..., de su propia retina...

Y esto..., sí..., esto ya es un milagro, en este mundo donde hasta el arte, en muchas más ocasiones de las que se se debieran producir, está deshumanizado, perdiendo el contacto con la realidad,

que, entiéndase bien, no es la realidad/parecido, sino la unión de la obra creada con el universo...

Es un hecho gozoso, reitero, el pasear la vista por superficies y texturas, y descubrir que la naturaleza está ahí, en forma de granos de arros, de leves primeras capas de cebolla rosada, o de hojas "del árbol caídas".

Comunión de la artista con el universo natural, tangible, cercano a ella.

Las pequeñas acuarelas son un auténtica delicia, una caricia para el alma, un reposo en el camino,

duro camino de la existencia, porque invitan a sentarse en un recodo y meditar, meditar a travéz de su contemplación.

El mundo interior de Alexangra Gapihan es rico, y además, luminoso y limpio...

Su contacto con la vida es sincero, auténtico, y lo trasluce en el especial cariño que pone en la elaboración de cada superficie, desde la primera mancha, hasta el resultado final...

Un universo exquisito, radiante de sensibilidad, de deseos de comunicar todo cuanto la hace feliz, para que los que contemplen sus creaciones, sean felices también al participar de su concepto estético.

Tiene toda la vida por delante...

Y yo le diría..., o me atrevería a decirle: No cambies tus ojos, no cedas ante nada, no hagas concesiones, y sé siempre la misma, mejorando día a día con el mismo esfuerzo, cariño y sensibilidad con que trabajas ahora...

El arte es un fin en sí mismo...

No pienses, Alexandra, sino en ser feliz con lo que haces...

Todo lo demás, vale muy poco.

Adelante, a través de lo imposible...






1 comentario:

Javier Bravo dijo...

Aunque quería comentar desde el día que la leí, finalmente no ha sido hasta hoy que he encontrado el momento adecuado para hacerlo.

Primero agradeceros a tí y a Guillermo el pasar por la exposición, viniendo desde Zaragoza un día de labor.

Respecto al comentario, poco puedo decir aparte de agradecerte que hayas dedicado tan bonitas palabras y útiles consejos a Alexandra y su trabajo.

Esperamos visitar pronto la ciudad cuyo nombre es impronunciable comiendo polvorones... y no me refiero a Pfampflona.

Gracias y abrazos,

Javier