viernes, 12 de noviembre de 2010

Tiempo de recuerdos...(2)



El ángel, apoyado en el obelisco, y, tras él, un ciprés, símbolo de eternidad...

Me agradaba el aroma de los cipreses en los días de verano, una fragancia misteriosa, que yo asociaba al estío, acaso porque era cuando, de la mano de mi abuelo, visitábamos la tumba de mi tío José, que partió a los treinta y un años, y al que no conocí...

No puedo dejar de evocar la novela de Gironella, "Los cipreses creen en Dios", una obra literaria que me apasionó cuando la leí por primera vez, allá por los tiempos de mis quice años...
(Imagen: Cementerio de Jaca, Huesca)

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