domingo, 9 de enero de 2011

Un poema para Paula, en esta tarde de domingo...

El dolor oxidado de una ausencia
tiñe de rojo pálidos albores.
A la luz transparente de la luna
retornarán, cubiertas de silencio
ansias ocultas de nevados lirios.
Herido por efímeras miradas,
regresaré de un sueño y en las manos
llevaré algunas flores irreales.
Sobre mi corazón, frescos almendros
han de fundir la escarcha con la espuma
de sus pétalos, tiernos como labios.
Fugaces surcos de palomas tibias,
dibujan tu silueta en las alturas,
evocando, sutiles, mi nostalgia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

paula tendrá que ser muy culta para entender algo así...