viernes, 15 de abril de 2011

Cosas del Filósofo, amigo del Coco...

Pesaroso anda el Filósofo estos días... De vez en cuando, se acerca a la cueva de su amigo, el Coco, pero no habla... Se queda pensativo, con la mirada perdida en la lejanía, una lejanía hecha de tiempo... ¿Qué recuerdos entristecen al Filósofo...? El Coco no se atreve a preguntar... Observa a su amigo, y sabe que algo le pasa... Sí, algo le pasa al Filósofo... Ha escrito en su diario: "...al volver a casa, los sábados por la tarde, a la salida del colegio, percibía un grato olor a limpio, a lejía diluída en agua, a jabón... Y es que mi madre había fregado los pasillos... Me gustaba ese olor, que presagiaba el domingo... Recuerdo mejor esas pequeñas cosas..., que otros "grandes" momentos... Todo se desvanece... Pero las pequeñas cosas persisten... Sobreviven a los embates del tiempo... ¿Dónde estará ese cuento maravilloso que hablaba de una llave mágica, que permitía entrar en el país de las hadas...? ¡Cómo me gustaba...! Lo leía y releía... Y me hacía ilusiones sobre el hecho de hallar una llave igual... Todavía la busco..." El Coco, no dice nada... A veces, el Filósofo se queda a pasar la noche... O retorna a su casa de la llanura... Siempre en silencio, siempre cabizbajo... ¿Será la primavera...? Nadie lo sabe... (Fotografía: "lasfotosdelcoco").

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