lunes, 17 de junio de 2013

Epístola a D. Mariano Rajoy, muy cerca del verano...



¡Ay, D. Mariano...!

Ya tiene usted razón para plantar esa cara,
en un gesto entre ceñudo y cariacontecido...

¡Ahora nos viene usted con historias...!

Así que, usted pretende, ¡casi nada!, 
mejorar la imagen de la clase política...

¡Vamos, D. Mariano, seamos serios...!

Por muchos lavados de cara,
buenos afeitados,
y lociones rejuvenecedoras,
usted y toda la clase política,
nos van a seguir cayendo mal...

Y más que mal, 
conforme pasan los días...

D. Mariano...

O es usted un iluso, 
o vive en la inopia,
o no conecta con la realidad...

Nada menos que pretende reconciliar
a los ciudadanos, con la clase política...

¡Pero si ya sabemos lo que piensa el país
de todos sus políticos...!

La clase política española,
se ha cavado su propia sepultura,
o ha adquirido un nicho en propiedad,
dependiendo de sus "posibles"...

Que ya sabemos de dónde proceden...

Y que nos hable de "democracia eficiente",
es rizar el rizo de lo cómico, de lo absurdo,
de lo esperpéntico...

¡Si Valle Inclán estuviera presente...!

¡Se hartaría de escribir...!

D. Mariano, 
el distanciamiento,
lo ha propiciado, tanto usted como
sus anteriores colegas 
en el ejercicio del poder...

Ganadas unas elecciones, 
a construir un muro que separe las funciones de gobierno,
de la realidad circundante...

Mejora de imagen de la clase política...

Reconciliación entre ciudadanos y políticos...

Democracia eficiente...

Acercamiento a los ciudadanos...

Transparencia...

¡A buenas horas, mangas verdes...!

Esto no se lo cree nadie...!

¡Pues no pretende usted nada, que digamos...!

¡Ay, D. Mariano, el de las nostalgias del despachito,
de los vinillos y las papas bravas...!

¡Aún podría hacer usted algo...!

¡Modifique y ajuste la Constitución!

¡Cambie la ley electoral!

Y..., entonces...,
puede que comencemos a creer un poco en usted
y en su gobierno...

Pero muy poco...

¡No vaya a hacerse ilusiones...!



(Archivo: cuevadelcoco).




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