jueves, 3 de septiembre de 2015

¡...querida abuela...!

 
 
 
¡...querida abuela...!
 
Una vez más,
en este mes de agosto,
de elevadas temperaturas
y noches sofocantes,
he llegado,
a primeras horas de la tarde,
hasta ese camposanto,
al pie de la montaña...
 
¡Qué te diría yo...!
 
Que ha pasado un año,
que este país va de mal en peor,
por muchas doradas píldoras que nos ofrezcan...,
que si volvieras a las calles de nuestra pequeña ciudad,
sólo reconocerías algunas de ellas...
 
A mí..., también me va pasando el tiempo...
 
Grano a grano,
lenta,
imperceptiblemente,
pero implacable al fin,
la arena de mi reloj
va teniendo más "tiempo"
abajo que arriba...
 
¡Ay, abuela...!
 
¿Te acuerdas del reloj del comedor,,,?
 
Aquí está, conmigo,
a pesar de las muchas envidias,
malsanas todas,
que sigue suscitando...
 
Suena como siempre...
 
Vivaz, alegre,
cuando se le acaba de dar cuerda...,
lento, melancólico,
cuando la cuerda se termina...
 
 
 
 
     Cementerio de Jaca.
Al fondo, la Peña Oroel.
 
 
 
 
Hace diez años,
diez años nada más,
aún hacía planes...
Ahora..., ¡no me atrevo...!

¡Querida abuela...!

Dos tiestos de geranios,
uno rosa, otro rojo,
han quedado allí,
testigos de esa tarde...

Y recuerdo ahora,
el último verano
que pasamos juntos...

¡Un verano feliz...!

Yo pintaba un rato cada tarde,
y tú, venías a ver mi último cuadro...

¡Abuela...!

Todavía sueño contigo...

Te contemplo al final de ese camino,
y me acerco,
me acerco deprisa,
pero siempre llego tarde,
porque ya te has ido...

Abuela...,
¿me tenderás la mano...,
esa mano suave,
que ya no me acaricia...,
cuando tenga que dar el paso,
al lugar sin tiempo
donde estás ahora...?

¡Seguro que sí...!

A pesar de los años,
a pesar de las tormentas de la vida,
de las sombras y luces,
no te olvido...

Y es que...,

¡te quiero, abuela!










(Archivo: cuevadelcoco.
Imagen: mirarlook/cuevadelcoco).



 
 


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