jueves, 15 de septiembre de 2016

...más difícil todavía...!




No recuerdo su nombre...

Pero, aquella mañana de domingo,
admiré su destreza...




Manejaba los mazos
con envidiable facilidad...




Subían y bajaban...,
y sus manos hábiles y entrenadas,
los recogían en el momento oportuno...,




...para volver a lanzarlos...




Me dijo que estaba entrenando...





Aquella mañana de domingo,
la calle fue su escenario...















(Archivo: cuevadelcoco.
Imágenes: mirarlook/cuevadelcoco).

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