viernes, 28 de octubre de 2016

LOS BUENOS MOMENTOS... (4)


"Amanecer de invierno".
Maxfield Parrish.
1870 - 1966.

Debió de ser a finales de abril,
o en los primeros dias de mayo...

Una mañana,
sentí el incontenible impulso
de levantarme temprano,
e irme al parque de mi pequeña ciudad...

Hacía frío...

Las calles,
desiertas, solitarias...,
sólo algún madrugador por obligación...

Nos saludábamos
con un breve "buenos días",
pues aún existía
ese grado de cortesía ciudadana,
y continuábamos
nuestros respectivos caminos...

El parque,
escenario de juegos infantiles,
de algún beso,
inocente y tembloroso,
dado y recibido
no mucho tiempo atrás,
y lugar de interminables conversaciones
con mi amigo de toda la vida...,
aparecía ante mí,
mucho más desolado que las calles...

Aleteos de pájaros entre las frondas...

Y, silencio...

Comenzó a llenarse el espacio de trinos,
de vuelos apresurados,
y, hacia el este,
las luces del nuevo día...

Cuando el sol llegó a rozar
las cimas de los arboles,
sentí, que una extraña energía,
una inesperada fortaleza,
se adueñaba de mí...,
y todo era limpio, transparente,
como si en esa lejana mañana,
el mundo hubiera renacido...

Así, estuve,
ajeno al tiempo y al espacio,
hasta que,
las campanas de la torre,
me sacaron de mi ensueño...

Con un profundo suspiro,
lentamente,
igual que si emergiera de un sueño feliz,
me fui a clase...

Llevaba conmigo
una secreta y dulce dicha,
que nunca me abandonó,
ni en los momentos difíciles...

Y que, cuando me siento
abatido, cansado, triste...,
me basta recordar aquel día lejano,
para que se alejen
las sombras de mi alma...











(Archivo: cuevadelcoco).















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