martes, 18 de octubre de 2016

¡...querida abuela...!






                                                                 ¡Querida abuela...!:

                                                              Ha pasado el tiempo...




¿Recuerdas
cuando contemplábamos juntos
la Peña Oroel
en las tardes de verano...?

Apoyados en el muro de la terraza,
en silencio,
mientras iba cayendo la tarde...

Me siento muy cansado...
Y es que,
me van cayendo años...
Sin darme cuenta...




¡Si vieras cómo ha cambiado
nuestra pequeña
y acogedora ciudad...!
Este torreón,
todavía sigue en pié...
Creo que tenías unas amigas
en esa casa...

¡Ay, abuela, querida abuela...!

Hace tiempo
que no caminas por mis sueños...

¿Me has olvidado...?

Yo, este año, 
no me acerqué 
el día de tu cumpleaños,
para estar contigo una vez más...

Tuvo que ser,
en el primer domingo de octubre,
cuando coloqué los dos tiestos,
de esos geranios,
como los que ponían
su nota de color en la terraza...

Una tarde de otoño,
luminosa,
alegre...

Mi oración fue breve y sencilla...

Como siempre,
mi ruego fue 
para que hayas alcanzado 
la eterna paz...

Regresé,
evocando muchos
de nuestros momentos felices,
mientras la tarde,
perdía su luz muy deprisa...

El otoño avanza...

No sé cómo será el invierno...

Ni si la primavera
será lluviosa o soleada...

El próximo verano,
intentaré ser más puntual...

Como siempre...,

¡te quiero, abuela!











(Archivo: cuevadelcoco.
Imágenes: mirarlook/cuevadelcoco).












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